Lograr sujetar un objeto es un hito importante en el desarrollo motor fino del niño, siendo la meta, el manejo de las herramientas de escritura.
Conforme el niño va creciendo y madurando mejorará su capacidad de agarre, esto responde a dos leyes o principios que rigen el desarrollo motor: la ley céfalo-caudal y la ley próximo-distal. La primera explica que el control muscular se inicia desde la cabeza hacia las demás partes del cuerpo (de arriba hacia abajo), esta ley se aplica mayormente al desarrollo de la motricidad gruesa, pero involucra a la segunda que se dirige más al desarrollo de la motricidad fina. Esta ley explica que el control de los movimientos se da desde el eje central del cuerpo como es el tronco hacia las partes más alejadas a este (de adentro hacia afuera) y que involucran el uso de músculos pequeños como los de la mano, los pies e incluso el rostro.
Intervención de la vista
El desarrollo visual será parte fundamental en este proceso de agarre, porque además del control y la fuerza de los músculos necesarios para lograr la prensión y presión adecuada de los objetos, también se requiere de la coordinación para llegar a alcanzarlos, es por ello que se requiere la intervención de la vista.
Conforme
el niño va enfocando mejor las cosas que observa a su alrededor y viéndolas con
mayor nitidez, le resultará mucho más sencillo llevar su mano hacia el objetivo
deseado y así poder agarrarlos.
Etapas del agarre
Esta habilidad se va manifestando de diversas formas a lo largo del desarrollo del niño, desde el nacimiento hasta aproximadamente los 6 años, momento en que el niño contará con la madurez suficiente para manejar adecuadamente una herramienta de escritura.
Si bien muchos autores se han enfocado específicamente a las atapas del agarre del lápiz, este proceso se inicia con el logro de alcanzar cualquier objeto y por ello debemos partir de aspectos más primarios como los reflejos.
Los reflejos que inicialmente son movimientos involuntarios, una vez que el niño los logra controlar de acuerdo con sus necesidades se convierten en habilidades. De todos los reflejos que podemos observar en los bebés durante sus primeros meses, es el reflejo de Babinsky o prensión plantar y el reflejo de prensión palmar los que estarán involucrados en el proceso de agarre.
Estos reflejos se presentan desde el nacimiento, siendo el palmar el que aparece con mayor intensidad y frecuencia por lo que el bebé logra controlarlo alrededor de los 5 meses, etapa en la que desaparece como reflejo. Mientras que el plantar se manifiesta con menor intensidad y frecuencia, debido a ello, que el control de este se tarda un poco y desaparece al fin alrededor de los 10 meses. La presencia de ambos reflejos indica que los bebés están llevando de manera adecuada el crecimiento del cerebro y de las diferentes estructuras del sistema nervioso central.
Es
alrededor de los 6 meses que, habiendo alcanzado el control de los reflejos
mencionados, sobre todo el de prensión palmar, y a la vez logrado una mayor
maduración de la vista cuando empezaremos a observar que el bebé es capaz de
alcanzar los objetos que se encuentran cercanos a él y dentro de su campo
visual. Serán unos meses más de práctica para que el bebé mejore su habilidad
en sus técnicas de agarre de diferentes objetos antes de llegar al uso del
lápiz u otra herramienta de escritura.
Agarre del Lápiz
Alrededor del año, el bebé ya habrá alcanzado la destreza visual y motriz necesaria para empezar a interesarse por el lápiz. Es momento de hablar sobre las formas que la mano del niño va adquiriendo hasta alcanzar la conocida posición pinza de los dedos, para ello se tendrá en cuenta las etapas propuestas por los diferentes autores relacionadas a este aspecto en específico:
1. Prensión Palmar Supinada (12-18 meses): El niño agarra la herramienta de escritura con toda la mano cerrada en forma de puño y origina el movimiento de este desde el hombro (uso del brazo y antebrazo).
2. Prensión Digital Pronada (2 a 3 años): También conocida agarre palmar porque el niño sostiene la herramienta de escritura de forma perpendicular a la palma de la mano, hace uso del dedo pulgar e índice sin apoyo de los demás dedos. Ahora ya apoya el codo a la mesa y logra realizar el movimiento de la herramienta solo con el brazo.
3. Prensión Pentadigital (4 años): Se denomina así porque el niño hace uso de todos los dedos para sostener el lápiz, aunque son el índice y el medio junto con el pulgar los que dirigen el movimiento. En esta etapa se empieza a observar que el niño apoya la muñeca en la mesa, por momentos, siendo la mano cada vez más independiente del brazo.
4.
Prensión Tridigital o
Agarre Trípode del Lápiz (entre 5 y 6 años): El
dedo pulgar y el índice sujetan el lápiz haciendo uso de la “posición pinza”
mientras este descansa sobre el dedo medio, que a su vez se apoya en el anular
y el meñique. Si bien aún predomina el movimiento de la muñeca, a medida que
los músculos de los dedos van alcanzando mayor destreza, estos irán adquiriendo
protagonismo.
Es así como se da el proceso de agarre en el niño, como han podido notar, aprender a agarrar los objetos la fuerza y precisión necesaria requiere de la maduración de diferentes aspectos del desarrollo y considerando que cada niño tiene un ritmo de desarrollo diferente, debemos ser pacientes y respetar sus procesos.
Juvitza Panez Salazar
Lic. Educación Inicial
Esp. Problemas de Lenguaje y Aprendizaje